Empiezo
la semana recuperando este escrito de Abril de 2015 que le dediqué a Doña
Araceli Morales. Espero que les guste.
Hace
unas horas me llegaba al correo de Facebook una inesperada pero gratísima
sorpresa por parte de la amiga Cristina Torrents Arbelo. Al principio me asusté
porque en un primer vistazo vi que me ponía “confírmame que ha llegado”. Lo
primero que pensé es que había pasado algo grave en la Villa. Y no era otra la
sorpresa sino que me había enviado una foto de doña Araceli Morales. Hace meses
que andaba tras una foto de ella porque le debía un escrito que es justo hacérselo
desde mis humildes palabras. He comunicado sobre varios personajes de la Villa y faltaba ella. La
gran dama de La Orotava. Saben
que por falta de tiempo y sinceramente por falta de ganas he aparcado todo
escrito. Pero no me he podido negar a éste. Al contrario, humildemente
escribirlo me ha alegrado en día.
Gracias
Cristina por esta sorpresa que me has dado y la gentileza de que te acordaras
de enviarme ésta foto que tanto ansiaba. Y gracias también a quién la hizo. La
he recortado un poco y le he puesto algunos añadidos. Para que quedara como una
postal en honor a tan insigne mujer.
Personalmente
creo que doña Araceli es una de las personas más queridas de La Orotava. Jamás he oído una crítica
hacia ella ni le he oído a ella una crítica hacia nadie. Historia viva de
nuestro pueblo que puede decirse que ha vivido en primera persona una época que
yo hubiera deseado vivir. Una mujer que ha sido testigo directo de una parte de
nuestra historia que ella la ha vivido desde el punto de vista social,
comercial, religioso… y que puede decir, y ella mejor que nadie por el
privilegio de sus vivencias, de los enormes cambios que han acontecido en La Orotava durante décadas.
Doña Araceli ha sido una mujer muy de su pueblo y ha conocido y entendido la
raigambre del mismo. Y créanme los que no son de La Orotava que comprender las
raíces y raigambre de La
Orotava no es fácil, ni siquiera para nosotr@s mismos. Porque
a éste pueblo en muchas cosas o se le ama o se le odia.
Esta
mujer siempre ha hecho gala de su exquisita coquetería, su permanente perpetua,
y nunca mejor dicho, y con esa educación y glamour que solo a ella la
caracterizan. Pero a la vez es una mujer con su carácter. Siempre manteniendo
la compostura y la seriedad a lo que se suma el portar su bastón que le dan un
aire de mandataria. Pero ella es así por su grandeza como mujer, no por ser una
estirada. Porque dama se hace o se nace. Dama no es ser de rancio abolengo e
ilustre apellido. La dama puede ser hasta la más humilde del pueblo. Como hay otras
que se autodenominan y se las cree damas y están a años luz de serlo. Como decía
la canción de Cecilia “…dama, dama de alta cuna de baja cama…” En cambio doña Araceli
es una dama en el sentido más grande de la palabra. Por eso en la Villa la consideramos como
tal y mejor persona. Pero a la vez también me entristece cierta parte del
titulo de este escrito como es “La ultima gran dama de La Orotava ”. En parte no
estoy de acuerdo ni conmigo mismo de que sea ese el titulo correcto. Pues
quiero creer que ella no sea la última dama de éste pueblo. Y cuando digo dama
no me refiero a connotaciones que no vienen al caso como apellidos, condición
social o incluso política. Me refiero a cuando se es dama porque nace desde la
esencia misma de la persona. Quiero creer que tras doña Araceli viene otra
nueva generación de villeras como ella. Y ojala las más jóvenes de este pueblo
tuvieran como ejemplo a doña Araceli. Como digo siempre ella es una patriota de
la Villa de La Orotava. Quien
mismo me ha mandado a mi ésta foto yo la considero una digna heredera de doña
Araceli. Porque conjuga la juventud con lo de ser dama. Y siempre se lo digo.
Cristina eres una dama como doña Araceli. Ojala esa juventud de villeras, que
no son pocas y tampoco idiotas, aunque a veces más de una lo parezca, tomaran
de ejemplo a mujeres como de la que hoy hablo.
¿Cuántas
historias y anécdotas de nuestro pueblo podría contar doña Araceli? Ella desde
el mismo corazón del casco de nuestra Villa ha tenido una presencia
privilegiada de muchos acontecimientos. Siempre yendo a misa porque ella como
buena villera es muy devota de Dios nuestro Señor. E incluso si no me equivoco
fue la última presidenta de la Hermandad del Sagrado Corazón de María. Hermandad
desaparecida de la parroquia de la Concepción hace décadas y de la que en mi casa
aun conservo el rosario de dicho grupo. También es muy devota de yo haberla visto
en San Francisco en la festividad de la virgen de la Caridad. Y como no, en su
negocio en aquellos añejos comercios de antaño ya por desgracia en vías de
extinción. De esos negocios que hacían pueblo y buena vecindad porque todo el
mundo iba a ellos.
Es
una pena como las nuevas generaciones se van desarraigando de lo antiguo.
Porque hablar con doña Araceli y que ella cuente sus vivencias es toda una
gozada. Tantas tonterías que hacen y nadie es capaz de sentarse y hacerle una entrevista
a ésta mujer. Que seguro que tiene historias magnificas.
Me
alegro un montón de verla que sigue tan lozana. Yo por las circunstancias hace
bastante tiempo que no la veo. Pero me encanta comprobar que sigue al pie del cañón
con ese ímpetu que a ella le caracteriza. Dios le de muchos años más así con
esa ilusión, esa alegría y ese espíritu que tiene.
Muchas
veces a mi, y creo que injustamente, se me tacha de que soy muy radical por mi
pueblo y que me pierde el amor y la pasión por el mismo. No lo veo así. Y si
soy radical y apasionado al recordar a tanta gente buena que conocí y que
conozco como doña Araceli yo me siento muy orgulloso de ser de donde soy. Saben
que estoy como loco por quedarme en La Orotava. Porque
gente como doña Araceli entre otros muchos es mi gente. Personas en las que yo
me miro como en un espejo por lo mucho que puedo aprender de ellas y por la
inmensa humanidad que tienen. Si eso es ser radical por mi pueblo bendita
radicalidad esta. Por La
Orotava yo personalmente doy hasta la vida si hace falta.
Pero también muchas veces la radicalidad del odio se ha cebado en mí cuando he
visto cosas que me han dolido. Cuando veo la destrucción, el amiguismo y la chabacanería.
Cuando literalmente reventaron, y aun no nos hemos recuperado, nuestras fiestas
municipales. Pero bueno eso ya son otras historias que ahora no vienen al caso.
Puedo
decir con orgullo que yo he conocido a doña Araceli y me siento honrado por
ello. Les cuento una anécdota. Un día iba con un amigo por la calle la Carrera y me encontré a
doña Araceli y la saludé. Tras saludarla y seguir nuestro camino me dijo mi
amigo “¿oye por qué cada vez que saludas a esta señora le haces como una
especie de reverencia con la cabeza?” Nunca me había dado cuenta de ese gesto mío
hasta que me lo dijeron. A lo que le contesté “pues porque es una verdadera
dama y encima una villera. ¿Te parece poco?” Hoy en día cada vez que tengo la
oportunidad de verla concientemente le sigo haciendo esa especie de reverencia.
No buscando la sonrisa de ella o la palmadita en la espalda. Se la hago por el
inmenso respeto que le tengo a esta mujer. Esencia pura de una parte que nos
define como pueblo.
Me
despido de este escrito, con una poesía que no es mía sino de Hernando de
Acuña, pero que yo se la dedico a doña Araceli Morales Llanos. La ultima gran
dama de la muy Noble y Leal Villa de La Orotava.
“Obrando
claramente la naturaperfección, que parece más que humana,
en vos sola ha mostrado, señora Araceli,
que del bien general poco se cura;
pues hizo que de gracia y hermosura
viváis vos sola justamente ufana,
y viéndoos, claro está que es cosa vana
esperar de ver otra tal pintura.
También sería yo vano en alabaros,
si en la vuestra hermosura hubiera parte
que pensase con vos en igualarla;
pero sólo diré que en el formaros
dejó natura tan vencida el arte,
que vos sola podéis menospreciarla.”
Más de un año después de realizar éste escrito me encontré en la
calle Calvario con doña Araceli. No suelo subir mucho por la calle la Carrera, máximo
hasta la altura de Mercadona, y me es muy difícil de verla. Pero la casualidad
quiso que nos cruzáramos ese día. Por su puesto fui a saludarla y ha comentarle
este escrito. Ella me trasmitió su enorme agradecimiento por ello e incluso me
invitó a su casa el día de las Alfombras al desayuno con el que cada año
agasaja a los alfombristas. Tristemente por horarios profesionales no pude asistir,
pero me quedé muy honrado por ello. Una dama como ella no invita a cualquiera a
desayunar a su casa.
Hoy he querido recordar la figura de doña Araceli en este humilde blog
porque indudablemente ella es de las mejores de los nuestr@s. Es nuestra gran
dama.
© 2015 Francisco García.
© 2017 Francisco García.
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Todos los derechos reservados a favor de © Francisco García.
Primera edición del texto: Abril de 2015
Segunda edición del texto revisado: Febrero de 2017.
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